MOSCÚ.- (ENVIADO).

El mejor partido de la historia de México en los Mundiales llegó en el momento en el que más dudas tenían del Tri y nada menos que ante el último campeón. Tembló Rusia, tembló la corona alemana y tembló nuestro país por causa de un festejo que empezó en Moscú y que recorrió cada ciudad mexicana. Un aviso al mundo y una ilusión pintada de verde, blanco y rojo.

Un gol de Hirving Lozano en la primera mitad, tras recibir un pase de Javier Hernández fue suficiente para hacer vibrar a un país entero. Chuky recibió, dejó sembrado a un defensa teutón y sacó un tiro raso a la base del poste derecho de Neuer para gritar con toda la fuerza.

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El 1-0 de Lozano:

Chicharo tuvo al menos un par más, Layún algunas otras, pero nada como el heroísmo y el temple de una defensa histórica que contuvo al campeón del mundo.

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Se pudo liquidar con algunas contras mal finalizadas, aunque también se aguantó en el fondo cuando los alemanes se vinieron con todos sus tanques. Ahí apareció el temple de un equipo con aspiraciones y la Virgen de Guadalupe en las gradas, en manos de hinchas ansiosos y nerviosos.

Tres puntos que nadie en la nación esperaba, un equipo que jugó con el corazón y por el amor a ganar, no por el temor de perder, como dijo Osorio en la previa. El mundo sabe que la corona tembló por el Tri.