Algunos le 'tiran', otros esperan una prueba de fuego para dar una crítica, pero ninguno de los que hablan de Diego Alonso lo quiere tanto como lo hace Stefan Medina, porque prácticamente lo sacó de la oscuridad.

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En entrevista con ONCE, el colombiano confesó lo difícil que fue haber salido de Rayados en el 2015 y llegar al Pachuca con dudas sin imaginar que el uruguayo que ahora lo dirige en Monterrey iba a ser su maestro, impulsando su vida no sólo profesional, sino principalmente en lo personal.

"Yo sentía que en ese momento no debía salir de Monterrey y quizás fue un poco más duro para mí y para toda mi familia, pero se dio y obviamente con esa incertidumbre que genera llegar a un equipo nuevo. Pachuca me tuvo la paciencia y el cuerpo técnico para aceptarme nuevamente y ya después a partir de ahí todo fue muy especial", declaró el defensor.

Alonso tuvo que improvisar con el seleccionado colombiano. Apostaron por él con sólo un año de haber llegado a la Liga MX pero sin haber encajado del todo, porque le tocó una época difícil con La Pandilla que dirigía Carlos Barra y hasta fue abucheado por la afición. Eso lo hizo buscar ofertas en Argentina.

"Ellos llegaron a mi vida en un momento complicado donde yo salía de Monterrey y tenía que irme a otro club a adaptarme. Por fortuna lo hice de gran manera, ellos ayudándome desde todo su conocimiento y yo con esas ganas de demostrar que tenía todas las condiciones para estar en México", comentó.

Medina terminó su préstamo con los Tuzos y volvió a casa para el Apertura 2017, no sin antes presumir en su palmarés un título de Liga MX contra su ex y otro internacional de Concacaf ante Tigres. Desde entonces al menos en su perspectiva ya es un hombre renovado.

De ser defensa central tuvo que acomodarse como lateral derecho gracias a Alonso, donde hoy se desempeña. Aun así, no cree que por ser su viejo conocido ahora vaya a tener virtudes especiales a diferencia de sus compañeros.

"No voy a tener ninguna ventaja. Ellos van a sacar mi máximo potencial y esas son las personas que uno necesita (...) Vivimos un año y medio demasiado intenso donde vivimos objetivos impresionantes y que pudimos crecer, primero como personas y después como profesionales y yo creo que esa fue la mejor enseñanza", puntualizó.

Fotografía: Adrián Maldonado | ONCE