Una chilena de Avilés Hurtado, un cabezazo de César Montes y una buena actuación de Marcelo Barovero habían sellado la noche soñada para Rayados... Así, habría sido la venganza perfecta. Sin embargo, Monterrey la Cruzazuleó de lo lindo. La Máquina, con un gol al minuto 91, sacó un 2-2 que llenó de abucheos al BBVA, mismo escenario en el que ganó la Copa MX hace justo cinco meses.

Monterrey, que tenía tres partidos sin ganar, ligó su peor racha al no saber matar el juego cuando el trámite se lo permitió y fue alcanzado gracias a los tiros por arriba de Milton Caraglio (75') e Igor Lichnovsky (90'). Los de Diego Alonso parecían tener todo controlado. Una utopía.

El gol de la jornada lo hizo Hurtado al premiar de chilnea un buen centro por la banda derecha de Dorlan Pabón, justo antes del descanso. Para variar, apenas a los tres minutos del complemento, Memín puso otro centro a Montes para sumar a dos la ventaja parcial. Era una fiesta a pesar del diluvio. Agua bendita para quitarse la sed de una venganza especial. Barovero le atajó a Édgar Méndez y a José Madueña dos oportunidades claras para ser figura. Era la noche rayada.

El partido no sólo se le salió de las manos al Monterrey, también al árbitro Eduardo Galván cuando, principalmente, no señaló una falta sobre Pizarro en el gol de Caraglio. Rodo fue derribado en el área del Cruz Azul, en lo que era penal y oportunidad de 3-0. La jugada siguió y terminó con el descuento, el 2-1.

La otra gran causa, acaso la principal, de perder (dos puntos) fue Diego Alonso. Otra vez regaló el protagonismo, el balón y, finalmente, el partido. Volvió a tirar a su equipo atrás con sus decisiones. Gallardo y Vásquez por Pabón y Hurtado para perder velocidad de contra y llenar de hombres su propio campo. Lo pagó carísimo.

La Pandilla se mantiene en el tercer lugar de la tabla por sus 23 puntos, pero teniendo su peor seguidilla de partidos (4) sin ganar justo cuando están por jugar las Semifinales de Concacaf.

Montes, de cabeza, hizo el 2-0:

Caraglio descontó de cabeza:

Fotografía: ONCE - Cristián Juárez