Campeón con todas las letras

Debe ser de las únicas veces en el fútbol Mundial que gana el equipo que lo mereció todo el año. Rayadas se sacó de una vez por todas la espina que tenía.

Por Matías Giraudi | FOTO:

Campeón con todas las letras

Miércoles 11 de diciembre de 2019

Debe ser de las únicas veces en el futbol Mundial que gana el equipo que lo mereció todo el año. Rayadas se sacó de una vez por todas la espina que tenía atravesada en el medio de la garganta y pudo gritar campeón con todas sus fuerzas. 

Bastó ver la forma en que festejaron sus jugadoras para entender el desahogo que significó sacarse de encima una mochila que pesaba más de 100 kilos. Y vaya que lo tenían merecido después del campeonato que habían hecho. 

Rayadas y Héctor Becerra demostraron cuánto maduraron con las dos Finales anteriores. Supo cómo jugarle a Tigres el partido de Vuelta. El entrenador aprendió del error cometido en la Ida, sobre cómo descuidar a Ovalle. Aunque no eligió marca personal, indicó perfectamente a Rajunov y Mejía como hacer la marca escalonada para tapar la principal arma que tiene Medina. 

Y llegó el gol, aprovechando un error en una salida. Presión en el momento justo, cuando casi no había atacado en todo el partido. Evangelista adentro y la historia era otra. El que estaba arriba esta vez era el Monterrey. Los minutos fueron pasando, la desesperación lo comió al entrenador felino, mientras la figura de Lozoya se hacía cada vez más grande. 

Algo impensado en la previa. Que quien había sido, quizás, la jugadora más cuestionada del equipo, en este último año, finalmente terminó siendo factor principal para que el escudo pueda lucir por primera vez una estrella encima de él. 

Mención aparte para Tito. Un señor que trabajo de manera incansable para levantar a un equipo que fue noqueado dos veces, por el mismo boxeador, y en su propia casa. Sin embargo, ahí fue, dos veces les llenó la cabeza de esperanza a este grupo de jugadoras y el destino le terminó dando su premio. 

Y hay que decirlo, no tuvo problemas en borrar a jugadoras que habían sido indispensables al principio del semestre. Alexia Frías y Selena Castillo, las dos a la banca. Hilary García, Noralí Armenta y Pamela Verdirame se fueron porque sabían que no tenían lugar en el armado. Trajo lo que necesitaba, desarmó la central, que era lo que mejor funcionaba en este equipo, aprovechó a las cuatro de adelante (metieron 50 goles) y consiguió la copa. 

El desafío estará en reinventarse ahora, porque la competencia seguirá y el vecino se armará más fuerte que nunca para recuperar la corona.

Twitter: @GiraudiMatias

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