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Este 1 de noviembre se cumplen 11 años del último juego en el viejo estadio Corona. Amado por unos, odiado por otros, pero pa' ganar había que rifarse.

Por Javier Morales | FOTO:

Jueves 29 de octubre de 2020

Para muchos fue un estadio diminuto e incómodo, para quienes le dieron vida partido a partido fue el mismísimo Campo de los Sueños. Se puede tener luto por alguien muy querido, ¿pero extrañar de la misma manera a un estadio de futbol?    

Hasta hace 11 años en Torreón existió un escenario muy colorido para el futbol mexicano. Fue el lugar donde el Santos Laguna se hizo fuerte, un estadio que este 1 de noviembre, en el Día de Todos los Santos, cumple 11 años de su último partido.

Revista ONCE Femenil | No. 9 | "Feliz con mi carrera"

Se trata del viejo y desaparecido Estadio Corona, un escenario imprescindible en la historia del futbol lagunero, el eslabón entre los equipos pioneros en la Comarca Lagunera y el mismo Santos.

Quien no vivió un partido de futbol en el viejo Corona, poco o nada sabe cómo se vivía el balompié en La Laguna.

EL ORIGEN

Con el ascenso a Primera División del equipo Torreón para el torneo 1969-70, era muy necesaria una casa para los Diablos Blancos, que hasta entonces jugaron en el estadio de beisbol Revolución.

La construcción del nuevo estadio inició en el segundo semestre de 1969, en un predio de aproximadamente dos hectáreas. Según refiere el periodista Sergio Luis Rosas, el metro cuadrado tuvo un costo de cuatro pesos, por lo que el terreno destinado habría requerido cerca de los $80,000 pesos.

La construcción del inmueble tuvo una inversión estimada de $12 millones de pesos. Entonces el tipo cambiario era de $12.50 pesos por dólar; por lo que la obra tuvo una inversión de alrededor el millón de dólares. 

El escenario fue construido a semejanza de los estadios: Nou Camp, de León; Sergio León Chávez, de Irapuato; y el Cuscatlán, en El Salvador; incluso con similitud al Tamaulipas, de Tampico. El estadio de Torreón con menor aforo y sin palcos, fue construido, en parte, por las mismas constructoras.

Como si se tratara de una gestación, la edificación del inmueble tardó nueve meses. El nuevo campo de futbol quedó inaugurado el 2 de julio de 1970. El primer encuentro fue un duelo amistoso entre el Torreón y el Guadalajara; el Rebaño se llevó el triunfo por 3-1 y el primer gol fue de Paco Jara, jugador rojiblanco.

El estadio fue inaugurado con el nombre de Moctezuma, referencia que llevó en sus primeros 15 años.

Más que honrar al primer emperador azteca, el nombre de Moctezuma fue para cumplir con un compromiso con un patrocinador. La Cervecería Moctezuma, de Orizaba, fue el patrocinador que aportó mayor cantidad de dinero para la obra.

El Moctezuma, entonces, se convirtió en el primer estadio en México con nombre comercial.

SUS INQUILINOS

En 1974, El Torreón dejó el Moctezuma para partir a la ciudad de Guadalajara y convertirse en la UdeG. Dos años más tarde, el Laguna tuvo que dejar su sede, el Estadio San Isidro, y se mudó al Moctezuma, donde jugó hasta 1978.

La Comarca Lagunera se había quedado sin futbol profesional, el estadio permaneció en soledad por cinco años, hasta que en 1983 llegó el Santos Laguna.

Estadio Corona

EL SEGUNDO BAUTIZO

En 1985, el estadio fue adquirido por la Cervecería Modelo, principal sponsor del Santos, equipo que aún militaba en Segunda División.

El escenario fue reinaugurado como Estadio Corona el 23 de abril de 1985, con un partido de preparación rumbo al Mundial del 86. En ese duelo la Selección de México derrotó 1-0 al equipo de la Universidad de Chile; la anotación fue de Javier Vasco Aguirre.

LA CASA DEL DOLOR AJENO

El Corona se distinguió por ser un campo bravo. Además de superar al equipo local, las escuadras visitantes tenían que vencer a una temperatura extrema, un horario con mayor exposición al sol, un calor seco propio del desierto y una cercanía de apasionados hinchas con la cancha.

En la temporada 1989-90, la segunda del Santos en Primera División, el técnico Rubén Maturano le dio un tercer bautizo al inmueble lagunero.

En ese torneo, los Guerreros tuvieron un gran desempeño jugando como locales, el Profe nombró al campo de los albiverdes como: La Casa del Dolor Ajeno.

Este sobrenombre fue adoptado para las actuales instalaciones del Santos, el Estadio TSM Corona, esto hasta hace algunos años; la intención fue ligar con el espíritu del viejo Corona.

HOSTIL HASTA PARA SU GENTE

Por lo regular, los estadios pequeños con aficiones muy apasionadas resultan ser una aduana indeseable para los equipos visitantes. Además de cumplir con esa encomienda a la perfección, el viejo Corona también resultó hostil hasta para sus propios aficionados.

En las décadas de los 70's y 80's, cuando algún partido no daba para más, era frecuente ver a los hinchas sacar animales muertos como víboras o gallinas. Los aficionados arrojaban a los animales de tribuna en tribuna, hasta darle la vuelta al escenario. El "juego" resultaba hiriente para algunos asistentes, en el momento en el que los animales se trababan en las alambradas de púas, y poco a poco se iban despedazando.

A partir de la temporada 1993-94 y durante algunos torneos, cuando el Santos inició con su despegue a Liguillas y a Finales por el título, el Corona se volvió más sufrible.

Estadio Corona de Torreón

Los aficionados agotaban las entradas desde días antes del juego, incluso hacían guardias una noche antes del partido para alcanzar un buen lugar al momento de que el Corona abriera sus puertas.

Había otros aficionados que preferían hacer menos desgaste y llegaban al estadio sólo dos o tres horas antes del juego, esto para soportar menos tiempo las temperaturas que en el verano alcanzan los 40 grados centígrados en La Laguna.

Aunque no fueron muchos los casos, hubo jugadores visitantes que abandonaron partidos debido a las insolaciones. Jugar o presenciar un partido en el Corona eran los mejores momentos para algunos; para otros fueron tardes infernales.

EL ÚLTIMO PARTIDO

El equipo Santos Laguna creció mucho, entonces llegó el día que tuvo que soltar la mano, de quien por 26 años fue su inseparable amigo. Al Estadio Moctezuma-Corona le llegó entonces su "jubilación" con casi 40 años de servicio.

El domingo 1 de noviembre del 2009, los Guerreros disputaron su último partido en el coloso de colonia Las Carolinas. Fue un duelo de Liga ante Pumas, el partido terminó 1-1. La última anotación en el viejo Corona fue obra de Matías Vuoso.

De manera inesperada, al día siguiente se iniciaron los trabajos de demolición del Corona. En medio de la sorpresa, algunos aficionados, hasta con llanto, corrieron a ver cómo era destruida su segunda casa, su campo de los sueños.

Hubo gente que se llevó alguna butaca, algún pedazo concreto o alguna piedra; tal vez para el recuerdo o como para intentar la sanación de sus corazones futboleros, a los que ya les faltaba una buena parte.

En el futbol hay muchos jugadores que sus destinos fueron convertirse en ídolos; también hubo un pequeño estadio que se volvió leyenda.

La Tapa 952

Fotografía: ONCE

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