VIERNES 28 JUNIO, 2024
Rayados

Una maquinita

Ángel Zapata, mediocampista de Rayados, casi fue cortado en la organización albiazul por su estatura. Conoce la historia del juvenil saltillense.
Por
Adrián Maldonado _ 04/01/2021 21:18:03pm

Lunes 04 de enero de 2021


¿Se imagina cortar a un jugador por ser chaparrito? Quizás el mundo del futbol no conociera a Messi, a Pony Ruiz o tantos jugadores cortos de estatura. Ese pudo ser el caso del canterano Ángel Zapata, quien por ser bajo de estatura casi quedó fuera en Rayados. Ahora brincó esa barrera y con su futbol comenzó a dar sus primeros pasos en el futbol mexicano con el cuadro albiazul.

Revista ONCE Femenil | No. 15 | ¡Qué Póker!

Juan Antonio Zapata, su papá, recordó que el visor Alberto Ordaz, padre del ex jugador Diego Ordaz, mostró agrado por el entonces niño delantero del club Tiburones Rojos Saltillo, escuela no oficial ubicada al sector sur de la ciudad, cuando lo vio participando en una edición de la Copa Rayados en San Luis. Se pusieron en contacto y al momento de pasar por el visto bueno del entrenador, Ángel García, estuvieron tres meses viajando una hora y media -por lo menos- para que pasara el periodo de prueba, de una lista de siete jugadores en consideración para integrar las categorías menores.

De Saltillo a El Cerrito, todos los días

"En el último día sólo quedaba Ángel, le dudaron por su estatura, ahorita ha de medir 1.67 y estuvieron a punto de dejármelo ahí fuera, pero le dije al profe que 'si no me sirve, me lo llevo", platicó a ONCE. "Hablan conmigo, me dicen que sí lo quieren, pero como tenía 12 años no tenía edad para estar en la casa club".

El señor apoyó por todo un año al menor de sus tres hijos llevándolo en su taxi desde casa hasta El Cerrito en Santiago a 145 kilómetros de distancia y al Deportivo Cosmoplus en Apodaca, a 110, cinco días a entrenar y uno más a los juegos. Era ahí donde ya los acompañaba su madre Bertha Alicia, quien por cuestiones labores no siempre pudo estar presente: "Está valiendo la pena. Él está luchando, se puso esa meta de llegar hasta donde fuera y ahora lo está logrando", contó.

En el Guardianes 2020,  el entrenador Antonio Mohamed se protegió en la media cancha al disponer de sus servicios a lo largo de 131 minutos, considerando cuatro partidos y siendo titular en dos de ellos como el debutante con más participación por encima de su hijo, Shayr y el central Gustavo Sánchez.

El futbol le puso a Ángel lo que quería, pero de diferente manera porque creció idolatrando a Lionel Messi y Juan Román Riquelme, siendo seguidor del América y terminó teniendo su estreno en la Liga MX de la mano de un argentino que entrenó a las Águilas. Se desempeñaba como atacante hasta que el director técnico de los Tiburones, Jorge Bustos, lo ubicó en medio campo.

En una ciudad beisbolera

Creció en un ambiente beisbolero por la cultura de los Saraperos, sin embargo lo suyo siempre fue jugar con una pelota. Sus padres lo recuerdan como un buen alumno que no bajaba de ochos en sus calificaciones y que gozaba de patear un balón con su hermano mayor José Juan y sus amigos, porque no tenía vecinos de su edad, teniendo que distinguirse en la colonia ante rivales 13 o 14 años mayores que él.

"El señor de la tienda siempre lo conocía como el niño del balón, porque a todas partes él tenía que llevar el balón", recordó su madre.

Quizás la mejor forma de describirlo es volteando a ver el nombre del recinto deportivo donde entrenó como niño, conocido como La Maquinita, de donde también surgió el ex rayado y actual jugador del Cruz Azul, Misael Domínguez y otros canteranos de Santos como Edson Morúa y el subcampeón mundial Sub 17, Christian Tovar, de un deportivo muy famoso que se fundó 50 años atrás y que tiene la filosofía de trabajar con niños a partir de los cuatro años de edad.

"Siempre fue un niño muy hiperactivo, no lo podías tener quieto cinco minutos. Siempre estaba para allá, para acá, para todos lados, jugando. En la escuela fue un muchacho muy responsable, no le gustaba que le faltara nada de trabajo y nunca le gustó faltar a un entrenamiento", señaló su padre.

Esa maquinita, que no tenía permitido volver con bajas calificaciones, siempre salía a prisa para cambiar de uniforme y jugar a siete kilómetros de distancia, acostumbrado a pasar por todos los filtros del Monterrey con compañeros de mayor edad como resultó ser en este torneo. Logró el sueño de debutar y ahora, como ya lo hizo antes, le resta volver estar a la altura.

Fotografía: Mexsport

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