Lunes 13 de febrero de 2023

Muchas veces se cuenta que los superhéroes solo existen en las películas o los libros de ficción, sin embargo, son algunos los tocados por la varita mágica que hacen que esta premisa sea falsa, al menos en distintas ocasiones.

En las últimas tres décadas, en la Liga MX han existido tres artistas del gol que han tiranizado con tantos, títulos y mucho futbol: José Saturnino Cardozo, Humberto Suazo y André-Pierre Gignac son los nombres ilustres, teniendo en común los aspectos señalados con anterioridad, siendo extranjeros todos y sin un mexicano que les pueda hacer sombra.

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EL DIABLO MAYOR

El Príncipe Guaraní comenzó en el trono en 1994 y con el Toluca marcó una época, donde terminó consiguiendo seis títulos: cuatro Ligas, un Campeón de Campeones, aparte de extender el dominio a Concacaf, donde levantó el centro regional. En su rol, se hinchó de goles, terminando en 2005 su carrera como el cuarto máximo anotador en la historia de México con 249 tantos y 257 en total.

Entre ellos, Cardozo logró ser el campeón de goleo en cuatro ocasiones y es el único elemento en condicionar un torneo corto de una forma descomunal, pues se llevó el grito de festejo en 29 ocasiones, un hito que perdura en la historia nacional hasta estos momentos. El Diablo Mayor hizo sufrir a cada equipo del país, hasta que llegó un chileno.

LA ERA SUAZO

Dos años después del adiós del paraguayo, Humberto Suazo hizo su aparición en el escaparate mexicano después romperla con el Colo Colo, uno de los clubes grandes de Chile. El Chupete revolucionó la marca Rayados, un equipo que contaba con dos estrellas cuando el ariete llegó y terminó con cinco más cuando él se fue.

Humberto se convirtió en el referente absoluto de los albiazules en sus dos etapas, pues entre 2009 y 2010 partió a Europa para jugar con la Real Zaragoza. En su periodo, pasó de ser delantero a mediapunta, se erigió como el mejor romperredes en la historia del club con 121 anotaciones (hasta que lo superó Funes Mori), con un título de goleo de por medio.

Su impacto grande se dio en los momentos importantes, pues Suazo se caracterizó por tener cabeza fría y sangre caliente para llevarse títulos. Salt Lake, Cuidad de México, Toluca y Torreón, todos con la mano en las orejas por el grito de gol albiazul, tal cual el icónico festejo.

EL REY FRANCÉS

Entonces, el Chupete dijo adiós y el trono quedó vacío, hasta que llegó Monsieur a Tigres. Desde el Viejo Continente, André-Pierre Gignac emprendió "una decisión" y no "una aventura", como se ha cansado de mencionar desde hace ocho años. El galo generó expectativas, burlas, reclamos, de todo prácticamente.

Partícipe activo de la época dorada del club, Gignac se encargó de hacer ganar a los felinos y desde 2015 agrandó sus vitrinas con los ocho cetros conseguidos: cuatro Ligas MX, tres Campeón de Campeones y una Concachampions. Sus 180 tantos destrozaron las 104 dianas que acreditaron a Tomás Boy como el mejor anotador en la historia auriazul.

No solo eso, André se convirtió en un objetivo a mirar desde Europa, atrayendo seguidores a su club y una remembranza a nivel internacional de la institución que pocas veces se logró. Un subcampeonato de Copa Libertadores y una Final de ensueño ante el poderoso Bayern Múnich, encima en su primera participación en un Mundial de Clubes, eso representa el francés en Tigres.

Su dominio sigue sin poder ser dimensionado en su totalidad, pues arregló extender su contrato dos años más, es decir, hasta el 2025. Y ya avisó: “Vamos por todo”. André quiere seguir alargando su legado en el futbol mexicano y, con ello, capitalizarse como el tercer killer en dominar una década a México.

Llegó el Diablo, luego un Chupete y ahora Dedé reina. ¿Algún mexicano ha podido darles frente? Hasta ahora, no.

Fotografía: Club Tigres