Martes 08 de agosto de 2023

Houston, EUA, (Enviado).- Houston demostró que es una segunda casa para los equipos regios, porque los aficionados llenaron el Shell Energy del Dynamo e hizo sentir la presión del Clásico como si se jugara en el Universitario o el BBVA. Color hubo de sobra.

Desde temprano las camisetas auriazules y albiazules coparon los alrededores del estadio. Más allá de que el inmueble lució una mayoría de Incomparables, los de Rayados también acudieron en gran número y le pusieron a la tarde-noche de Houston un sazón muy regio.

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La gente de Tigres organizó una caravana que arrancó a una cuadra del Shell Energy, además de que también hubo una previa en un bar a las afueras de la ciudad. Con banderas, bengalas y mucho ruido, hicieron sentir su arribo y dieron indicios de esa localía que lucieron las tribunas.

Y los albiazules también tuvieron su fiesta, con un recibimiento al autobús del plantel que se asemejó a los que normalmente se llevan a cabo en el BBVA cuando se trata de un partido importante. Tampoco pararon de cantar en ningún momento y le dieron el apoyo a sus jugadores.

Aunque en la previa parecía que el estadio no iba a llenarse, hubo solo unos pocos asientos vacíos. Solo se dio un connato de bronca en las inmediaciones, un rato antes de la llegada de los conjuntos, pero no pasó a mayores. Houston fue como Monterrey. 

Fotografía: Ashley Dávila