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Ambos deportes implican entrenar la mente de tal forma que se pueda aprender a mantener la calma y realizar un análisis del juego bajo presión.

Por Redacción ONCE | FOTO: Especial

Lunes 23 de diciembre de 2024

El fútbol y el póker, aunque son deportes completamente diferentes, tienen unos principios estratégicos que comparten y que se pueden aprovechar para mejorar el rendimiento en la cancha. Son varias las características que se pueden implementar y que es conveniente conocer antes de situarse en el campo, como por ejemplo una buena lectura del contrincante, la toma de decisiones rápidas o valorar los riesgos que se pueden correr.

Además, hoy en día, hay muchas herramientas de este juego mental para poder practicar y aprender las estrategias y aplicarlas en el campo. También, hay varios tipos de juegos relacionados con el póker y cada uno tiene sus reglas, pero nunca está de más conocerlas para utilizarlas si es necesario.

 

Toma de decisiones con presión

En el póker, se deben tomar acciones rápidas, al igual que sucede muchas veces en el fútbol. La capacidad de evaluar de forma rápida las opciones y elegir aquella que puede ser la más beneficiosa puede marcar la diferencia entre ganar y perder una partida, o un partido. Para ello, es importante entrenar la mente de tal forma que se pueda aprender a mantenerse en calma y realizar análisis en el terreno de juego bajo presión. Esto se consigue mediante la práctica regular y con diferentes escenarios en los que se representen presión y tensión, así se mejora la capacidad de respuesta.

Paciencia y timing

Si hay una habilidad que realmente enseña el póker, es el saber esperar el momento perfecto para poder actuar, una lección valiosa en el fútbol. Teniendo paciencia, el campo de juego permite saber cuándo es el momento perfecto para atacar o defender, de tal forma que se evitan ataques precipitados que pueden llevar a consecuencias mayores. Saber usar un buen ‘timing’ mejora la efectividad en el juego y se aprovecha al máximo cada situación.

Lectura del rival y anticipación

En el póker, saber los movimientos y las intenciones que puede tener el rival de la mesa son importantes para pensar en una estrategia ganadora. Esa habilidad de leer al contrario es igual de valiosa en el deporte rey, sobre todo para aquellos que han llevado el 10 en el dorsal. Los jugadores que pueden anticiparse a las acciones del contrario están mejor posicionados para cortar cualquier tipo de pase o tiro. Aprender y practicar una capacidad como la lectura del rival se basa en observar patrones de comportamiento y señales.

Adaptabilidad y flexibilidad

Los jugadores de póker exitosos ajustan sus estrategias en función de las dinámicas de la partida. De forma similar, los futbolistas deben ser capaces de adaptarse a los diferentes periodos de juego, modificando tácticas según sea necesario dependiendo del rival. Esta flexibilidad táctica es importante para enfrentarse a diversos estilos de juego y situaciones imprevistas durante un partido.

Control emocional

Todo el mundo conoce la expresión de “poker fase”. Al igual que sucede en el póker, en el mundo del fútbol también se puede emplear esta famosa expresión. Por ejemplo, a la hora de lanzar un penalti debe mantenerse una mentalidad fría y una cara neutra para que el portero no pueda conocer el dado hacia donde se va a tirar el penal. Además, mantener las emociones bajo control es imprescindible en el póker para evitar decisiones impulsivas. En el fútbol, la gestión emocional ayuda a mantener la concentración y el rendimiento. Desarrollar inteligencia emocional permite a los jugadores manejar la presión, la frustración y la euforia, manteniendo un desempeño constante y equilibrado.

Riesgos y recompensas

Tanto en el póker como en el fútbol, saber cuándo hay riesgo es necesario.  Un juego demasiado conservador puede limitar las oportunidades, mientras que la temeridad puede llevar a errores costosos que dejen la partida al borde de la derrota. Por ello, aprender a equilibrar la agresividad con medición, considerando las posibles recompensas y consecuencias, permite una estrategia mucho más efectiva en el campo. Para ello, hay que analizar de forma constante la situación del juego y saber jugar con las consecuencias.

 

 

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