Miércoles 05 de febrero de 2025

CIUDAD DE MÉXICO, México (Corresponsal).- América Femenil perdió el invicto y el liderato, todo al mismo tiempo, a manos de Pachuca. Pese a que generó una buena cantidad de oportunidades a la ofensiva, le faltó contundencia y, por consecuencia, la fragilidad en la línea defensiva dejó exhibida la necesidad de mejorar en algunos detalles. ¿Qué aspectos fueron determinantes?

Ángel Villacampa mandó a la cancha un esquema atípico. Optó por plantar a Jana Gutiérrez en la central, cuando normalmente suele desempeñarse como lateral. Este hecho no pasó desapercibido, ya que en ambos goles recibidos dejó huecos que permitieron que las Tuzas le ganaran las espaldas.

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A su vez, Montserrat Saldívar y Priscila Da Silva, dos jóvenes promesas, comandaron la delantera americanista. Sin embargo, sus tiros no fueron los más acertados y concluyeron en pobres definiciones. Sarah Luebbert fue una de las figuras más participativas del equipo pero la colaboración de sus compañeras en cuanto al remate fue deficiente.

Finalmente, respecto a las modificaciones, Natalia Mauleón saltó al terreno de juego como revulsivo. La jugadora batalló para hacerse notar y, de hecho, lejos de ser pieza clave para darle mayor dinamismo al medio campo, no logró recuperar y encaminar balones que pudieran representar peligro. 

En general, el planteamiento táctico fue diferente a lo que muestra América Femenil con regularidad, lo cual le cobró factura a las jugadoras que salieron de su zona habitual y, por supuesto, pesó la falta de precisión en momentos definitivos.