09 - enero - 2019
El Tata Martino y Alonso comulgan un futbol parecido en su esencia. Por ejemplo, salida limpia en busca de construir tempranamente una acción ofensiva y otra coincidencia es defender hacia arriba, es decir, atacar sobre la pérdida de la pelota a gran velocidad.
El flamante entrenador del Tri aún no dio señales en el campo de lo que pretende para su equipo, pero el altísimo respeto por el balón será sin duda el ADN del seleccionado.
Alonso, en cambio, ya clarifica un poco más de lo que quiere para Rayados. Quizás haya encontrado en Charly Rodríguez el eslabón que necesitaba para ejecutar su plan.
Quien vio jugar al Tata Martino en su época gloriosa en Newell’s Old Boys -1987/1992-, recordará a ese volante central de educada pegada, visión profunda y de un notable criterio para hacer jugar al compañero con un pase milimétrico entre líneas.
También el esfuerzo cooperativista en la región central y los recorridos justos estuvieron dentro de su manual. Siempre fue de la idea como futbolista y, más aún como entrenador, que la salida clara y un procesamiento correcto de la jugada en la zona del mediocampo, traerá múltiples beneficios en la otra punta de la cancha.
Alonso intenta eso en Rayados y en Rodríguez tiene a su "Tata". Un volante central de virtudes "geométricas" -como se le suele describir en Argentina- porque juega con el compás en la mano para marcar territorio y moverse con altísima efectividad en su zona de influencia.
Rodríguez juega muy bien en su función y hace jugar bien al equipo. Principal cualidad de la propuesta de Alonso, donde el punto de apoyo o centro de gravedad está precisamente ahí, en el centro, donde debe estar.
Con marca, pases largos de calidad y temporizaciones, el rol de Rodríguez en Rayados es fundamental, no sólo para el equilibrio, sino por lo que genera.
No hay una acción más productiva en un equipo cuando un contención se encarga de liberar a sus compañeros de ataque para que reciban el balón en una zona más próxima al arco rival. Eso lo hacía Martino en Newell’s; hoy lo hace Rodríguez en Rayados.
Por eso es un acierto de Alonso mantener en campo a un estilista de este tipo. Lo que buscó y no encontró con Pizarro por adentro lo consiguió -y de casualidad- con Rodríguez.
Quizás no estaba en el plan A del entrenador, pero hoy para Pabón, Avilés, Funes Mori, Meza, incluso, para Pizarro, es un hándicap contar con un actor de reparto así. Y, desde luego, lo necesita Alonso en Rayados y, probablemente, en el Tri, Martino también.