MARTES 23 ABRIL, 2024

Obsesiones deportivas

10 - enero - 2019

La palabra obsesión se define como: estado de la persona que tiene en la mente una idea, una palabra o una imagen fija o permanente y se encuentra dominado por ella.

En el deporte han existido rachas increíblemente largas de equipos que por una u otra razón no han podido conseguir o repetir un campeonato o un logro. La más famosa, aunque no más extensa es la de los Medias Rojas de Boston que tardaron 86 años en volver a quedar campeones de las Grandes Ligas de Beisbol en los Estados Unidos, racha que se aludía a la llamada "maldición del Bambino" cuando en 1919 el dueño del equipo vendió a Babe Ruth a los Yankees de Nueva York por 100 mil dólares para la producción de una obra de teatro. Hasta el 2004 el equipo de Boston volvió a ser campeón.

Luego de 108 años, en el 2016 los Cachorros de Chicago ganaron por primera vez la Serie Mundial del Beisbol de Grandes Ligas siendo la racha más larga de no conseguir un título por un equipo profesional en una liga de máximo nivel. Esa extensa racha pudo ser cortada en 1945, sin embargo, ese año el dueño del equipo prohibió la entrada a una cabra al cuarto juego de la Serie Mundial que jugarían frente a los Tigres de Detroit, y el dueño del animal lanzaría la maldición que jamás ganarían un campeonato debido al mal gesto que le hacían a Murphy, su cabra. Por más intentos que hicieron en un futuro por levantar esa maldición, incluso llevando descendientes de Murphy, la maldición no se rompería hasta hace apenas 3 años.

Desde 1926 el Newcastle United no ha levantado el trofeo de campeón en Inglaterra. El Sevilla no es campeón desde 1945 en la Liga Española. Luego de vencer por la mínima a las Chivas en la temporada 50-51 para llegar a 30 puntos y coronarse campeón, el Atlas no puede hacerlo en la Liga MX desde entonces. En la NFL los Cardenales de Arizona no son campeones desde 1947 cuando estaban en Chicago y vencieron a Filadelfia por 28 a 21. En el hockey Toronto Maple Leaf no levantan la Stanley Cup desde 1967. Y podríamos seguir con muchos más, en muchas disciplinas y ligas profesionales, pero de que se convierte en una obsesión por parte de directivos y aficionados de eso no hay la más mínima duda.

Y la obsesión lleva a la desesperación. Hay equipos que le invierten mucho capital para fortalecerse y poder así lograr su objetivo más rápido. Hay quienes terminan por romper tradiciones o incluso vender sus amados equipos para evitar que siga la malaria. Aunque también hay quienes se aferran y terminan por seguir afectando más al equipo que dicen, es de sus amores.

Me sigue llamando la atención la obsesión por llegar a ese "maldito" quinto partido en los mundiales. Apenas en la primera pregunta de la conferencia de Gerardo Martino un colega rápidamente le preguntó si llegaría al quinto partido en Qatar 2022 o lo llevó a que contestara si se comprometía a un lugar en la competencia. Y es que si dice que será campeón del mundo lo tachan de soñador y poco realista como se le dijo en su momento al colombiano Osorio.

¿Por qué seguimos obsesionados con llegar al quinto partido? Escuchaba en la semana a unos colegas en la radio mencionar que si se quiere aspirar en grande entonces hay que aspirar al penthouse y en una de esas pasas sin problemas del quinto piso. Pero seguimos empeñados medios, directivos y afición al quinto partido como si fuera el tope.

Si queremos que las cosas cambien para bien entonces hay que hacer bien las cosas y el que llegue un técnico experimentado o bien uno con poca experiencia no garantiza un buen o mal resultado. Puede venir el mismísimo Pep Guardiola y mientras sigamos haciendo las cosas tal cual en la liga, en la selección y todo lo que rodea nuestro futbol, nuestras aspiraciones máximas seguirán siendo el quinto partido.

A Juan Carlos Osorio se le criticó por hacer muchas rotaciones, y cuando no las hizo en el Mundial de Rusia, y le fue mal, todos se le fueron a la yugular por haber cambiado su estilo para dirigir. Así no se puede ni se podrá aspirar a lo más alto. Dejemos trabajar a Martino.

Ojalá y Tata sea un verdadero cambio en México futbolísticamente hablando. Podrá venir con la mejor disposición, con palmarés y cartel, con una ideología Bielsista, pero si las cosas no mejoran en el entorno, todo será en vano. Ojalá y lo entiendan quienes dirigen nuestro balompié y ese quinto partido pase de ser una obsesión, a un peldaño más para llegar a lo más alto.

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