19 - febrero - 2019
A trancas y barrancas, topen chivas, chillen llantas, los dos equipos regios sigue ahí al frente de la competencia.
Una contienda dispareja, porque la mayoría de los equipos no tienen los recursos que tienen algunos como los regios, otros sí tienen, pero no quieren meterle plata (y aquí, déjenme ver reojo al Atlas y Morelia del multimillonario en dólares, Salinas Pliego) porque sus intereses son otros, no el fútbol.
Algunos más compran jugadores "de mentiras" como Pumas, dice el presidente de su patronato, pero ya están viendo cómo hacerle para comprar jugadores "de a deveras".
Y algunos más, aunque tienen y quieren, no saben invertir.
La diferencia de Rayados y Tigres con el resto es que ellos sí compran calidad futbolística, pagan los mejores salarios de la Liga y cobran bien el espectáculo que ofrecen a su público.
Y puede ser que el equipo como tal, como este Rayados del viernes ante Morelia, no haga el partidazo de la temporada, cometa errores puntuales en defensa y no sea avasallado porque le faltó tino al rival, pero al final pueda remontar un marcador y superarlo gracias a la calidad individual y la asociación de ideas de sus futbolistas.
Lo que hacen Funes, marcando dos goles (uno de ellos tirando casi desde el estacionamiento del estadio; imparable), uno más a pase de Gallardo --totalmente legítimo--, Meza, Gallardo, Charlie Rodríguez, Pabón y Hurtado fue usar el peso específico de su futbol sobre el plantel tarasco e inclinar la balanza a su favor. Así de sencillo.
Cuando Monarcas se va arriba y tiene para matar, perdona dos o tres veces. Y chao. Cuando ingresaron Gallardo y Rodríguez le dieron otra dimensión al ataque. Charlie intentó hacer uno clareando por encima a Sosa; filtró el pase para que Gallardo habilitara a Funes e hiciera el 2-2 y luego en pared corta con Hurtado hace el del triunfo cuando el crono decía que el quedaba un minuto de tres a la reposición.
Layún sigue discretón, sin soltarse al frente, sobre todo si te toman la espalda varias veces; Maxi Meza, tiene para dar más. Él juega en otro ritmo; no corre, se desliza como en patines sobre la cancha y su visión que detecta espacios por taladrar, es un recurso valioso.
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Los Tigres de Tuca, fieles a la causa y el estilo. Cuando parece que no le pasa nada a sus partidos, aparece Gignac para poner el toque artístico que ilumina la noche y pone al espectador de pie.
Este muchacho así ha sido desde su llegada, el atacante más constante de los últimos años y por supuesto como Funes Mori, los capos del área y los goles espectaculares.
Frente a los Rayos sufrieron un poco porque, sin tener una aplanadora para intimidar. Mercado, Barragán, Sepúlveda y Brian Fernández se las ingeniaron para atacar con propiedad.
Los dos goles de Gignac y el de Valencia, incontestables. Hugo González nada pudo hacer.
El tercer tanto de Necaxa, perfectamente anulado. Ni checar el VAR hacía falta. Una pena por Fernández, un excelente jugador que brilla con luz propia.
El silbante Chacón se pasa de rosca con su actitud pasiva y escondiendo el balón al equipo que le urge acelerar el juego porque el tiempo se les echa encima.
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¿Y las Chivas?
Brillante lo de Alexis Vega. Por eso fue llevado al Rebaño. No había aparecido y cuando estalla, lo hace en esa forma.