Rayados es puro rollo

28 - febrero - 2019

Diego Alonso llena de conceptos las conferencias de prensa como para hacer ver lo que él vio de Rayados y tratar de explicar detalles tácticos que justifiquen un modelo de juego que, para un universo grande de aficionados, no sirve.

Pero más allá de su particular punto de vista, las conclusiones generales son determinantes: el equipo fue incapaz de sentirse seguro de sí mismo para resolver un partido frente a un rival como Alianza que lo arrastró a un nivel barato de juego y de ahí no pudo salir nunca.

Alonso también le dio mérito a la gente por ese “empuje” para que Rayados lograra su objetivo, situación que si no se daba por ese penal in extremis de Sánchez, esa misma gente lo iba a acribillar públicamente a él por ser el mentor o guía de un equipo desarticulado.

De todos modos, el técnico viene siendo cuestionado desde hace rato porque no le ha dado nada bueno al equipo. No acierta en la elección de jugadores y la abundancia de futbolistas lo marea.

Lo que para muchos entrenadores esto último es una bendición, para Alonso es un drama, activado por decisiones caprichosas y soluciones que no resultan.

Alonso no se da cuenta que Rayados no tiene nivel. Sigue creyendo en jugadores que alguna vez fueron influyentes, pero su presente es lastimoso.

Está el caso de Pizarro, clavado de interior y tirando rollo, sin capitalizar jugadas que muevan los hilos ofensivos del equipo. Alonso está esperanzado en que, en algún momento, este futbolista vuelva a ser el que fue hace algunos años atrás.

Pero Pizarro lo contradice. Todavía está buscando su lugar en el campo y los socios para conectar su jueguito, pero no da pista de hacer “la diferencia”.

Alonso no advierte que el muchacho no encaja. Quiere que gane en el 1-1, pero esto lo obliga a ser más rollero a un jugador de por sí rollero que no trae la simplicidad en sus genes.

Con tal de aguantarlo, lo ubica hasta de contención. Prefiere sacrificar a un volante (Rodríguez) para meterlo ahí, como lo hizo cuando ingresó Zaldívar.

También a Meza le está costando el idioma de este futbol que entiende Alonso. Ante Alianza fue por primera vez extremo, pero jamás le sirvieron un balón, lo que motivó al argentino a tirarse más al centro para que lo vean.

Además, Rayados, que sigue con la tortícolis orientada hacia la derecha, regala toda la franja izquierda donde Gallardo no es defensor ni atacante.

Alonso no sabe aún si por ese sector quiere defender (Vangioni) o quiere hacer todo con Gallardo. Mientras lo decide, esa banda está huérfana a la espera de que alguien la adopte como suya.

Rayados está mal en la cancha y en algún momento, el futbol le pasará la factura. Se sostiene de los partidos con alfileres, aunque en el lenguaje de Alonso el equipo “tiene un espíritu competitivo envidiable”, que es muy distinto, más económico y sencillo que tener un juego envidiable.