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Los errores de Alonso

11 - marzo - 2019

Diego Alonso no le pidió a sus jugadores tirarse atrás para aguantar la ventaja en el Clásico, según aclaró el técnico frente a los cuestionamientos. Dijo, en todo caso, que Tigres y el juego orillaron a Rayados a perder esa iniciativa.

Es cierto que los rivales también juegan y provocan ese repliegue automático que dispara el instinto de conservación de cualquier equipo que se siente "menos" en un partido, pero Rayados había sido más que Tigres en una primera etapa cuyo dominio conceptual del desarrollo -por lectura y ejecución- se tradujo en ventaja.

El detalle es que Rayados, inexplicablemente, cedió el control del partido por decisión propia: se apagó la presión, esperó mucho más en su campo, se lanzó poco al ataque por los laterales y puso el juego y, peor aún el resultado, en serias complicaciones dentro de un escenario que no sabe manejar.

Esa fue la conclusión, incluso, de Funes Mori, quien definió como un "error" el hecho de especular más de lo que le indicaba el Clásico. La ventaja, cortísima para defenderla, le pedía a Rayados no sólo ampliarla, sino justificarla con los mismos o mayores atributos tácticos de aquella primera etapa.

Alonso, quizás, no le solicitó a sus jugadores hacer lo que hicieron mal en ese segundo tiempo, pero tampoco lo corrigió. Más bien, contribuyó a empeorar la situación.

Un técnico que sabe resolver estas cuestiones en caliente lo primero que hace es mirar hacia arriba, buscando darle el contrapeso al escenario adverso, independientemente del rival.

Con ventaja en mano, fortalecer el ataque es una opción natural de proteccionismo: llevar el partido más adelante, hay menos posibilidades de que te ataquen por una cuestión lógica.

Sin embargo, a Alonso se le critican dos cosas: cómo dejó caer al equipo viendo las causas; y otro fue el mensaje que dio con el primer cambio de Vázquez por Pabón. Aquí, jaló definitivamente a Rayados hacia atrás más allá de los argumentos que luego dio el entrenador.

Alonso dijo que decidió poblar más esa zona defensiva por la amarilla de Montes, algo que no debió ser un problema si Rayados jugaba más del otro lado. Encima sacó a uno de sus hombres más experimentados y le inyectó más certezas al momento de Tigres.

Esa lectura conservadora de Alonso no necesitó de palabras. No se lo tuvo que decir a sus dirigidos, sino la acción con ese cambio reforzó el contexto y las consecuencias fueron determinantes frente a un Tigres que es impiadoso ante rivales agazapados.

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