Cada uno con su película
Domingo 05 de julio de 2020
Alguna vez escuche a un gran futbolista (CR7) decir: "Vuestro amor me hace más fuerte, pero vuestro odio me hace imparable”. Es lo que pasa comúnmente en el futbol, en la parte motivacional. No todos están preparados para enfrentar la presión en contra, pero a veces la misma presión a favor es también difícil de manejar. Cada persona lo asimila y procesa diferente.
Las reglas del juego son similares para todos los participantes, son cientos o miles de conceptos, líneas, puntos, párrafos y palabras que desglosan el marco legal para participar o desarrollarse en un partido.
Lo que no mencionan estos reglamentos son el cómo jugar un partido, cómo disputarlo o cómo enfrentarlo y, luego, cada individuo, técnico, club o equipo tiene la posibilidad de llevar el encuentro a su gusto, posibilidad o necesidad.
Hay formas explosivas de jugarlo, algo así como el “jogo bonito”, pero también hay juego de “estrategia de ajedrez”, por llamar de alguna forma el juego aburrido, pero elevado a la máxima potencia por los especialistas para no demeritar el espectáculo presentado.
Habrá equipos limitados económicamente que podrán jugar de cierta manera, es decir, a como les alcanza, pero aún así hay equipos humildes que logran grandes resultados en la cancha. A estos les llamamos normalmente “cenicientas”, pero otros equipos poderosos y con recursos infinitos para jugar al máximo nivel de espectáculo que “sangran los ojos” al verlos.
También algunos han desplegado un increíble nivel de juego que hace que los veas o sintonices sin necesidad de ser hincha del club, para apreciar la calidad de trabajo dentro del campo (con o sin inversión en figuras).
Independientemente de la forma que juegue tu equipo, después viene la manera de cómo lo platicas a las generaciones futuras. Depende del amor que le tengas a tu equipo para que la historia sea proporcionalmente embellecida, según el nivel de amor o satisfacción que el mismo club te haya dejado en su legado.
Cada uno de los “profetas” pueden contar historias distintas y como dicen: “Cada uno cuenta su historia según como le fue en la feria”. Complemento con una reflexión del Doctor Che: “No recuerdo a algún veterano que haya sido malo en sus historias contadas”. Así funciona la fórmula.
Si pudiera hacer una película de mi vida, no mostraría los desamores y el daño de los ex noviazgos, carencias o tragedias personales para llegar a la profunda felicidad en la fecha del matrimonio.
Tampoco incluiría los problemas económicos, ni las circunstancias difíciles para llegar a la plenitud. No mostraría los problemas o dificultades para tener hijos. Tampoco me incomoda o me satisface ver historias exitosas con caminos difíciles o fáciles.
En mi película mostraría lo orgulloso que estoy de nuestros logros en pareja, también incluiría los principales éxitos, las grandes batallas, la plenitud de mi vida, a mis hijos con sus mejores momentos, todo lo que me vuelve feliz, pero me quedo internamente con lo difícil que fue llegar ellos y el carácter forjado para lograr dar la vuelta a las adversidades. La película de mi vida serían mis momentos de felicidad, pero sin olvidar los obstáculos vencidos, esos momentos se quedan dentro, guardados.
Como todo en la vida, hay gente que necesita ver adversidad para sacar el carácter, pero otros que necesitan motivación para seguir adelante. Cada uno decide qué película mostrar al exterior y qué película usar como impulso interno, cada uno cuenta su propia historia del lado que quiera y que mejor le sirva, porque al final, todos somos de distinto ADN.
Rayados, en su 75 Aniversario, contó su propia película, la del esfuerzo y el éxito deportivo. Desde donde vino y hasta donde llegó. Los grises, que no siempre se ven, claro que también han sido capítulos importantes que han ayudado a cimentar su historia.
Twitter: @rgarciacr