Rudeza innecesaria

Lunes 26 de agosto de 2024

Nunca entendí el 'odio' de la afición de Tigres hacia Luis Quiñones, un futbolista que casi siempre rindió y jamás les faltó el respeto a los hinchas.

Un jugador que tiene más asistencias que goles en Tigres, que fue elegido por cada entrenador que pasó, pero que casi nunca conectó con la gente.

El malestar del público se entiende por algunos rendimientos, en baches donde el equipo tampoco funcionaba y también porque en Monterrey (ambas parcialidades) siempre tiene que haber uno resistido.

Le queda un día para arreglar una salida complicada, por los mercados que quedan abiertos, el sueldo de Quiñones y el contrato que tiene con Tigres. Prestarlo a la Liga MX sería sinónimo de regalarlo.

Paunović se comportó como un caballero: escuchó al jugador, aceptó el pedido de salida, habló con la directiva y está dispuesto a recibirlo con los brazos abiertos si no llegan a un arreglo.

¿Por qué se quiere ir? Porque la situación no da para más en el entorno, la familia no está cómoda, todas las publicaciones se llenan de comentarios negativos hacia el colombiano y después de tantos años siente que llegó el momento de cambiar de aire.

Tienen que entender que dejarán salir un futbolista que fue parte importante en los títulos, que dio más de 60 asistencias —un dato que no es común— y que es querido y bancado por sus compañeros.

En un equipo en construcción, que se acomoda fecha tras fecha, da dos pasos hacia adelante y dos hacia atrás, desprenderse de Quiñones sería dar ventaja, aunque fue decisión del jugador.

El entorno de la ciudad hace que uno convive a diario con el aficionado y los motivos por la falta de cariño son siempre las mismas: "juega cuando quiere".

Que no les extrañe que siga unos meses más. Si se va, Tigres lo va a sentir. Nadie asistió más a Gignac que Luis Quiñones.

X: @GiraudiMatias