Compras compulsivas
Jueves 29 de agosto de 2024
Los equipos regios se llenan de jugadores buenos o medianamente buenos del mercado nacional porque está en sus ADN comprar, aunque no necesariamente los necesiten.
Tigres descartó a Luis Quiñones y trajo a Uriel Antuna, y Rayados le "quitó" al León un canterano muy redituable: Fidel Ambriz, quien llega al cuadro de Martín Demichelis ilusionado con que va a jugar. De hecho, fue una de las "condiciones" no escritas que puso el volante antes de tomar la decisión.
"Fue un tema que hablé con ellos (Rayados), que me tendría que convenir, quiero llegar a jugar", dijo en entrevista.
Nadie le puede garantizar a Ambriz que va a ser titular y a Antuna, tampoco. Ambos vienen de ser referencia en sus pasados equipos, pero el contexto era totalmente diferente a lo que experimentarán ahora.
Ambriz era un indiscutido en León. No tenía competencia y en Rayados estará obligado a ser mejor considerado que el Corcho Rodríguez, mínimo.
En principio, por puesto y edad, probablemente tenga que esperar un rato. Lo que juega a su favor son los 21 años que tiene y lo mucho que le queda por delante.
Pero… ¿Rayados necesitaba a Ambriz? Si hoy existe una posición poco discutida en el equipo, esa es la de contención. Para ganarse un lugar, Ambriz tendrá que lograr un nivel excepcional, depender de alguna baja o mucha suerte.
La otra pregunta es si para Ambriz es conveniente venir a Rayados en busca de su sueño europeo. Quizás ya sea tarde atendiendo a cómo ha cambiado el mundo del futbol.
El riesgo de que quede congelado como tantos otros en medio de una desmedida abundancia de futbolistas, también es una posibilidad.
Lo de Antuna en Tigres es parecido, aunque el extremo tiene un currículum con un poco más de contenido. Tampoco es la gran contratación. Será uno más dentro de un abanico de jugadores interesantes. Puede que esté en el pico de su carrera, pero si no rinde a un buen nivel, sus chances se verán reducidas, incluso, en la Selección Mexicana.
Estos tipos de jugadores son seducidos por dinero, pero quizás no toman en cuenta dónde caen. Rayados y Tigres son compradores compulsivos. No son trampolines que los catapulten a otra Liga de mayores quilates. Es venir, pasarla bien, vivir bien y punto.
Los clubes regios acaparan jugadores para tenerlos en busca de objetivos propios muy precisos: acumular calidad, tratar de hacerlos embonar y ganar algo. En la mayoría de los casos, futbolistas que en otros clubes eran figuras, aquí sólo se convierten en millonarios.