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Dólar ¿a la baja?

Miércoles 11 de septiembre de 2024

Yo sé que el proceso de Javier Aguirre recién va empezando con la Selección Mexicana, sin embargo, no dejo de pensar en el tiempo, el futuro, el Mundial de 2026 y un posible papelón del que la Federación no se pueda levantar.

¿Por qué digo esto? El combinado nacional no es el mismo de hace 10 años, cuando tenía ‘figuras’ de renombre participando en Europa, referentes que vendían entradas y de vez en cuando se ponían a jugar en los famosos partidos moleros.

Claro, los resultados eran más o menos similares: ganabas la Copa Oro cada dos años, ilusionabas a medio mundo con el primer partido del Mundial y volvías a caer en Octavos. La Copa América no era prioridad -malamente- y se hacían papelones como en Chile 2015 y la Centenario 2016.

Entiendo que México está pasando por un proceso de rejuvenecer al plantel, mismo que debió empezar años antes de Qatar 2022 y no ahorita, pero el panorama pinta complicado, sobre todo por la poca o nula materia prima que hay.

Nombres como Marcelo Flores, Alex Padilla o Fidel Ambriz vieron los 180 minutos de participación mexicana desde la banca. ¿De qué sirve llevarlos si no los van a meter a jugar? ¿Para verlos en los entrenamientos? La mejor manera es en la cancha, que se adapten al sistema de juego que se quiere implantar y ahí vemos.

Retomando las entradas, la marca del Tri ya no ha vendido como antes. Para muestra, los últimos dos amistosos en Estados Unidos con cifras que hace antes eran impensadas. ¿Qué pasa? La falta de resultados, buen futbol y figuras ha hecho que el aficionado ya no se sienta identificado con su Selección.

Antes la gente pagaba por ir a ver a un Javier Hernández, figura del Manchester United; a un Rafael Márquez todo terreno; un Giovanni Dos Santos que daba chispazos; un Guillermo Ochoa que venía ser figura en Brasil o a varios campeones olímpicos de 2012. En la actualidad, ¿quién es la máxima figura de la Selección?

Los malos resultados con Gerardo Martino, el papelón en el Mundial, las derrotas clave contra Estados Unidos, el desfile de entrenadores, Copa América, el no tener Eliminatoria y recurrir a partidos moleros, todo es un vasito que se va llenando de a poquito y que podría derrumbarse en 2026.

Sí, falta menos de dos años para la Copa del Mundo más grande (por la cantidad de selecciones) de la historia y el camino se puede recomponer con el Vasco, un DT con la experiencia necesaria para levantar y echar andar un proyecto tan pisoteado, pero ¿y sí no?

Si en el camino no se encuentra la luz, el buen futbol, combinado con una eliminación temprana como en Qatar, que no le extrañe a nadie que las asistencias sigan bajando en los moletours. El 2026 será un punto de inflexión para el futbol mexicano. 

X: @chuyesquivel97

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