Sangre, sudor y gloria
Martes 22 de octubre de 2024
¿Te ha ocurrido pasar por un lugar, escuchar una canción, comer un platillo o sentir que esa experiencia ya la viviste? Bueno, eso me ocurrió a mí con el Clásico Regio 139. El saborear el pasado con la sabiduría del presente y disfrutar de un partido pirotécnico, muy divertido, aunque no tan bien jugado.
Un producto que pasó de infravalorársele a ser una anécdota de lo que contaban todos y hasta quedando a deber por la calidad de plantillas. La metamorfosis del Derbi es por demás conocida: pasar de luchar por el orgullo de la ciudad a pases a Liguilla o incluso, campeonatos.
Desde el Clásico 138 en San Antonio el aire se podía respirar diferente. Tenía ese dejo de pasión que hace tiempo no se veía, por más que unos Cuartos de Final entre ambos equipos se había vivido hace unos meses. Las pataditas, los empujones, las llegadas al arco, el color en ambas tribunas tan lejos de casa e incluso, el cruce entre ambas aficiones en las inmediaciones del Alamodome, todo ayudó a capitalizar la vuelta del sabor que antes se podía saborear en la semana previa.
Así, Nahuel Guzmán volvió al BBVA, los Libres y Lokos coparon una esquina del estadio, el Gigante se hizo pesar con un tifo que decía "Monterrey y su gente", escoltado por una manta de la hinchada que dictaminó sentencia: 'Nuevo León es nuestro', cubierto por dos leones propios del escudo de armas del estado. El recibimiento fue otra cosa y en la cancha aparecieron los Sergio Canales y André-Pierre Gignac, virtuosos que ya han escrito historias en los anales del futbol regiomontano.
Pero como la fiesta siempre hace nuevos invitados, apareció la sangre caliente de otros, ese gen tan especial y desdeñado para estos cotejos. Lucas Ocampos reafirmó su apodo tomado en Sevilla: purasangre de Nervión. Íker Fimbres se robó la noche y el suspiro a quienes habían criticado tanto a este partido en los últimos tiempos.
Porque sí, como todo en la actualidad, el público habló por tendencia en lugar de seguir una congruencia en sus comentarios. Tal vez en televisoras destacarán el Clásico Tapatío por longevidad, el Clásico Nacional por convocatoria y el recuerdo de un ayer que no ha vuelto.
Pero el más pasional y criticado es el que se hace al pie del Cerro de la Silla, el que diseña como perfume las notas de carbón, carne asada y salchicha, o bien, que junta a cromos que representan a las dos mejores plantillas en nombres de la Liga y entran en un Top 10 de las mejores del continente.
Dice la RAE que pertenencia significa: "Cosa que es propiedad de alguien determinado". El fenómeno sociológico pocos lo entenderán, pero así es el regio, se adhiere como pocos a sus costumbres y las defenderá sobre todas las cosas. Sí, el Clásico Regio es de nosotros, pero si quieren unirse, las puertas de Monterrey están abiertas para disfrutar del buen futbol. Chapeau.
X: @quirino_galvan