Lunes 11 de mayo de 2020

Hay equipos que se distinguen por ser campeones, otros por la buena calidad de sus jugadores, pero pocos como el Monterrey de Ignacio Jáuregui por lograr lo que muchas veces sólo se consigue con el éxito deportivo: el crecimiento de los aficionados.

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El Monterrey era un club que no había ganado títulos y que no metía más de 3,000 personas a su estadio, en una ciudad donde el futbol era menos importante que la tradición que el béisbol generó por décadas.

Antes de ser entrenador, el Gallo fue futbolista del Monterrey en los 60's y hasta el final de la década, pasando al banquillo no sin antes ser considerado uno de los mejores laterales izquierdo que ha dado el futbol mexicano.

Su velocidad, carácter e intensidad para jugar le valieron para ser mundialista con la Selección Mexicana en 1962 y 1966 hasta que el directivo Mario Castillejos lo orilló para entrenar porque conocía perfecto a la plantilla y porque el estratega Roberto Scarone renunció y los dejó sin comandante.

Su amor al Monterrey resultó más notorio que el que le tenía al Tricolor, cuando en 1970 fue convocado por Raúl Cárdenas para jugar la Copa del Mundo y le pidió que lo cortara para concentrarse en su nuevo rol con La Pandilla.

"Fui jugador de Ignacio Trélles por 10 años en la Selección (59-69). Cuando llegamos de la gira de Rusia ya no era el entrenador, habían puesto a Raúl y convocó a 35 jugadores, entre ellos estaba yo. Le dije mis planes y le dije 'córtame'", le contó a ONCE.

EL CAMPEÓN SIN CORONA

La gente que recuerda al Monterrey de Jáuregui porque haya sido campeón -que de hecho no lo fue-, sino por lo bien que jugaba su equipo en los años 70. ¿Cómo se comprueba? Basta con saber que fue bajo su mandato, en la temporada 1974-75, que el equipo registró el récord con su campaña con más goles (72). Nada más y nada menos.

"Siempre lo repetiré: aquí conocí mucha gente, muy buenas personas y una institución que la agarramos con 3,000 aficionados. Me establecí, jugué, me gustó (...) Vino el cambio del Estadio Tecnológico al Universitario y ahí fue el 'boom' de la ciudad. Cuando cambia el licenciado (Alberto Santos, en 1971) van 46,000 personas al Universitario".

Los goles fueron el alivio de muchos y la sorpresa de extraños, quienes en poco tiempo adaptaron al club como una alternativa para el entretenimiento semanal debido al espectáculo de sus juegos, siendo el tapatío uno de los culpables del potencial brote de seguidores.

Esos Rayados ya habían enamorado a miles de hinchas con jugadores como Milton Carlos, Rubén Romeo Corbo, Francisco Solís, Francisco Bertocchi, Nilo Acuña, Juan González, Gustavo Peña, Alfredo Jiménez y Guarací Barbosa, entre otros.

Alberto Santos fue presidente de Rayados entre 1971 y 1976, pero más que un directivo fue identificado como un visionario que le dio un giro total a la institución, de la mano de Jáuregui, a quien apoyó con fichajes internacionales con tal de tener un mejor futbol y con ello, a más público en sus partidos.

"Metimos 72 goles en un torneo y de ahí empezó el equipo a funcionar y la afición a acompañar. A lo mejor me equivoco, pero digo que la afición la hizo Alberto Santos en esa época", comentó.

CRECIÓ ENAMORADO

Su amor y pasión hacia Monterrey fueron mayúsculos: fue aquí donde nacieron sus hijos y donde desarrolló el grueso de su carrera profesional, entendiendo que en la ciudad se sentía constantemente en crecimiento.

"Es la mejor ciudad del país: Cemex es la primera o segunda cementera del mundo, Alfa, Cervecería, el acero, hojalata, lámina, cristalería, las mejores universidades, ¿que quién viene a estudiar? Los mejores de Estados Unidos y Sudamérica. El que no entiende es porque está sordo. El futbol le ha dado nombre a Monterrey", afirmó con esa contundencia que siempre lo ha caracterizado aún hoy a los 81 años.

Parte de ese crecimiento en la región involucró a Rayados cuando edificó El Cerrito en 1975, el cual sirvió como sede de entrenamiento y la confirmación de que estaban dando pasos agigantados hacia el profesionalismo, más allá de que no fueran campeones todavía.

ERA UN VISIONARIO

El Cerrito replicó en su diseño la cultura de equipos internacionales como el Inter de Milán italiano, el Schalke 04 alemán y el Everton inglés, pues Jáuregui conoció sus instalaciones y las adaptó para hacer crecer el plantel, que en ese momento entrenaba en diversas sedes privadas.

No sólo se empapó de los equipos internacionales, sino que también ejerció la labor de convencimiento con jugadores en Sudamérica como con los goleadores Milton Carlos y Rubén Romeo Corbo, teniendo que visitarlos y hacerles llegar la oferta que ya había concretado con el directivo Santos.

"El jugador más caro que compró el Monterrey (en ese momento) fue Milton con $75,000 dólares y era suplente del Palmeiras. Yo fui por Francisco Bertocchi por $28,000 dólares; $20,000 dólares costó Nilo Acuña y $38,000 dólares de Corbo y ahora traen por $16 millones de dólares a Maxi Meza", comparó, en un tono de sorpresa. "Es un buen jugador, ¿que si no se adapta? Eso es otra cosa, pero buen jugador es, no tan brillante como quisiera".

A la par que fue por Carlos, el técnico optó por convencer a un preparador físico del Palmeiras porque en Rayados era él mismo quien tenía que planificar los ejercicios.

CLÁSICO ENTRENADOR

Jáuregui pasó a los libros de la historia por ser director técnico de los Rayados que jugaron el primer Clásico Regio contra Tigres el 13 de julio de 1974 en el Uni, ante más de 25,000 aficionados.

"Monterrey hace competencia bien hecha, leal y correcta como debe de ser al pelear la plaza futbolísticamente. Así nacen, después se componen. La rivalidad ha hecho que sus dos aficiones sean la número uno de México", dijo, antes de asumir que junto a los felinos son los mejores cuadros de la actualidad.

"Se tiene que dar gracias que en la ciudad hay una afición de primer nivel y que los dos están en los primeros lugares en los últimos 10 años. Los estadios se llenan y ven 200,000 personas por mes el futbol (en los estadios), se pelean los abonos, tratan de tener los mejores jugadores y es una buena rivalidad deportiva", sentenció.

Fotografía: Mexsport

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