Viernes 26 de agosto de 2022

Nuevos horizontes para la joya de Costa Rica, María Paula Salas. La delantera de 20 años nació el 12 de julio de 2002 en San Ramón, en la provincia de Alajuela. Tuvo ofertas desde Europa, pero una lesión en hombro, en ese momento, no la dejó emigrar. Al final, fue hasta el 2020, cuando recaló en el Chievo Verona de la Serie B de Italia.

Su sueño de tocar el balón comenzó desde los tres años y a los cinco, vivió una experiencia que la marcó, una que le indicó que siempre iba a haber obstáculos para conseguir su sueño, al igual que sus padres la apoyarían en ello.

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"Un día una profesora le dijo a mi mamá que no podía jugar, que cuando levantaba las piernas para patear 'se me veía todo', o que podían lastimarme. 'Usted la deja jugar. Y si le pasa algo me avisa', le respondía ella", contó hace unos meses al portal de FIFA.com.

Años después, un entrenador no quiso ni realizarle una prueba para el representativo de Costa Rica en la Copa de Mundo Sub 17 celebrada en 2014 porque la consideraba muy pequeña. Su padre la consoló y le dijo que la oportunidad aparecería después, el resto es historia.

La ariete tica disputó en este mismo verano la Concacaf W con su selección en Monterrey, donde el conjunto de Amelia Valverde se clasificó al Mundial Australia-Nueva Zelanda en 2023. Además, cumplió el sueño de jugar para su país en sus tierras, al haber visto actividad con el combinado Sub 20 en el Mundial de la categoría.

El destino le llevó a tierras regias de vuelta, pero ahora para enrolarse con el equipo de Eva Espejo, quien perdió a la goleadora histórica Desirée Monsiváis y será una buena competencia para Christina Burkenroad.

Salas es una delantera joven, de buen juego aéreo, con capacidad para aguantar el balón de espaldas y descargar a sus volantes y que, en su ambiente, la consideran una joya. Marcó 84 goles con el Alajualense, después de haber militado con el archirrival Saprissa y ahora se unirá a la venezolana Bárbara Olivieri, la colombiana Isabella Echeverri y su compatriota Valeria del Campo como las extranjeras albiazules.

Fotografía: Rayadas