Jueves 04 de enero de 2024

La posible solución a uno de los problemas de Rayados llegó desde Mar de Plata, Argentina y su nombre es Jorge Agustín Rodríguez. El ex de Estudiantes arribó en compra definitiva a la institución albiazul y se convertirá en el contención que buscará rellenar el hueco que dejó Celso Ortiz.

El Corcho, como le dicen desde las inferiores de Banfield, es un mediocampista de 28 años quien hizo su carrera en el Taladro; después pasó al equipo de Juan Sebastián Verón, con quien se consagró campeón de la Copa Argentina apenas el mes anterior.

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Tras la caída del fichaje de Rodrigo Villagra, José Antonio Noriega aceleró y cerró a Rodríguez, quien se distinguió en su país como uno de los mediocentros más regulares, con habilidad para cubrir a los laterales (promedió 8.5 recuperaciones por juego). O de meterse como tercer central.

Cabe destacar que, en entrevista con la página oficial de Estudiantes, el Corcho dio pistas de su juego e historia futbolística. “De chico jugué de 8, después de central. Ya en Primera jugué de central, lateral y ahora de 5. Es un puesto en el que me encuentro cómodo y me gusta", declaró.

Sin embargo, el Corcho tiene una cualidad extra que puede ser un arma de doble filo: el pase vertical. Tiene capacidad para arriesgar con balón, pudiendo dejar de cara a portería a sus compañeros, entendiendo que hombres como Sergio Canales, Alfonso González o el propio Luis Romo suelen aparecer entre líneas.

Cabe destacar que el argentino terminó la última temporada como el mediocampista número uno en pases progresivos de la Liga. Sin embargo, en ocasiones esas ganas para pasar le pueden jugar en contra, arriesgando en situaciones límite.

Entendiendo esto, al defender también se le reconoce por cumplir con la tarea que quedó pendiente para el conjunto del Tano la temporada pasada: la transición defensiva. El Corcho tiene buena lectura para robar el esférico, o bien, entender cómo gestionar el espacio para achicar cuando el rival les tome en contragolpe.

De igual manera, sabe activarse para recuperar tras pérdida en campo rival y así, le otorga más libertad a sus compañeros para ir el frente mientras él les cuida la espalda.