Martes 24 de diciembre de 2024

Los hinchas Incomparables recordarán por siempre el 25 de diciembre de 2016, cuando Tigres le ganó un título al América en el Estadio Universitario. No solo por el hecho de ser campeón, también por la manera en la que se dio, con una definición cardíaca. Se cumplen 8 años de esa utopía.

Parecía lejano, muy lejano, mucho más después de la expulsión de Jorge Torres Nilo a los 90’ y del gol de Edson Álvarez a los 95’ que le daba el campeonato al Ame, pero Santa les tenía listo el milagro navideño a toda esa gente que asistió al Universitario.

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Hay que poner en contexto, la Ida fue 1-1 en el Azteca y durante 90 minutos no se sacaron ventajas en la Vuelta. Eso mandó la definición a un tiempo extra que quedará en el recuerdo por todo lo que pasó.

La expulsión del Pechu se dio antes del final del tiempo regular y eso volcó la balanza a favor de las Águilas para los 30’ del suplementario. Cayó el gol de Álvarez y el trámite estaba controlado, pero el árbitro expulsó por doble amarilla a Rubens Sambueza y revivió a los felinos.

Mucho más el escándalo que empezó a los 105’ entre Gignac y La Volpe, el mismo que desató cruce de palabras, algunos golpes y tres tarjetas rojas: José La Palmera Rivas por parte de Tigres y Paolo Goltz junto a Ventura Alvarado (estaba en el banco) en el Ame.

Quedaban 15 minutos y ambos equipos estaban con 9 jugadores. El local buscaba por todos lados, pero el gol que necesitaba para forzar los penales no llegaba. Hasta que Jesús Dueñas tuvo su revancha.

¿Por qué? A los 101’ ya había tenido una clara tras un centro de Damián Álvarez desde la izquierda, pero el cabezazo fue a las manos de Moisés Muñoz. Esta vez, el envío se dio por la derecha y el frentazo acabó en el gol agónico que estiró la definición hasta los penales.

Con todo el público a favor y la algarabía del empate, Nahuel Guzmán se hizo gigante en la tanda. Atajó los tres tiros, primero a William, después a Silvio Romero y por último a Javier Güemez. Gignac, Juninho y Guido Pizarro metieron los suyos para el delirio del Universitario.

Pasaron ocho años y la gente lo sigue recordando, porque fue el único campeón en una noche navideña. En el aniversario del América, el que tuvo su regalo fue Tigres.