Lunes 14 de abril de 2025

El Clásico Regio ya fue historia, pero todavía duele en el seno del plantel albiazul. Por las formas, porque con el 1-0 no corría demasiado riesgo el partido y por lo complicado que quedó Rayados en la tabla. El sentimiento de haber caído por errores propios.

Demichelis planteó un duelo perfecto, tomó hombre a hombre la salida de Tigres y puso incómodo al local. Empezó ganando con el penal que convirtió Ramos, pero que llegó como resultado de lo que había planeado el DT.

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Una roja, otra roja y todo se escurrió como agua entre los dedos. La falta de cabeza, de experiencia también, de futbolistas capaces de manejar los tiempos de un partido, impidieron a la gente festejar en la casa del vecino.

Rayados perdió porque revivió a un conjunto felino que no hallaba los caminos. Pizarro estaba tan desesperado que se fue expulsado por un encontronazo con el banco de suplentes visitante.

Algunos no supieron lidiar con la presión, mover los hilos de un duelo de este calibre y usar el resultado a su favor. No hace falta imaginarse el murmullo del Uni si el local tenía que ir a buscar el resultado con un futbolista menos en cancha.

No sirve hablar del árbitro sin hacer la autocrítica primero. Demichelis se marchó del campo de juego haciendo el gesto de robo, pero fueron sus jugadores lo que lo privaron de ganar su tercer Clásico consecutivo y lo dejaron complicado en la clasificación.