VIERNES 26 ABRIL, 2024

El factor campo

14 - febrero - 2019 

La Bombonera de Buenos Aires, El Azadi de Irán, La Turk Telecom Arena, El Maksimir en Zagreb y el Sucru Saracoglu también en Turquía son cinco de los estadios que más le pesan a los equipos de futbol visitar. Son estadios que palpitan, que sienten y que hierven de pasión. Estadios en el que el factor campo se hace sentir como en ningún lado del mundo. 

En el mítico Anfield, casa del Liverpool, antes de entrar a la cancha por el túnel de vestidores reza la frase “This is Anfield” la frase del legendario Bill Shankly, el entrenador más laureado de los Reds, se ha convertido en un auténtico amuleto para los jugadores del Liverpool, y un recordatorio a visitantes de donde están parados. The Kop es la grada más famosa de los Reds y es sin duda de las que más pesa.

El factor campo es una combinación entre infraestructura, geografía y la más importante considero yo, la afición.

No es lo mismo jugar en un estadio entre cuya grada y cancha se interpone una pista de tartán que hace tener a los aficionados algo lejos del rectángulo, como en Buenos Aires, en la Bombonera que en un tiro de esquina tienes encima a cientos de hinchas recordándote a tu santa madre.

Para equipos como los Bears de Chicago y los Packers de Green Bay jugar en casa en diciembre es una gran ventaja, juegan a temperaturas por debajo de los -20 grados centígrados o en el Estadio Hernando Siles en La Paz Bolivia juegan a una altitud sobre el nivel medio del mar de 3577 metros, sofocante para los contrarios.

Y por supuesto la afición. En Seattle y Kansas City los aficionados han roto varios récords de ruido llegando a niveles de los 145 decibeles promediando lo mismo que tiene un avión al despegar.

En los últimos siete torneos mexicanos, el campeón no fue el mejor local, aunque en la mayoría de los casos llegaron hasta la final y estamos hablando de equipos donde el factor campo se hizo presente. Cruz Azul en su regreso al Azteca, Toluca y su altura y horario del mediodía, Monterrey y su dominio en el Gigante de Acero, Tijuana y su pasto sintético. Mientras que de los campeones Tigres es quien mejor aprovecha este factor al tener las mejores entradas de los últimos años con aficionados que no paran de cantar durante los 90 minutos del partido.

Es por eso que además de las cuestiones tácticas y el armado del plantel, los equipos deben tomar en cuenta este factor que pudiera ser la diferencia entre ganar un título y quedarse en el camino. Los equipos deben empezar a “apapachar” a su público manteniendo precios bajos, ofreciendo promociones, creando experiencias para los juegos porque es un hecho y comprobado que un estadio lleno es una ventaja para el equipo de casa, aunque hay quien se empeña en hacer lo contrario. ¿Se dieron cuenta que el Cruz Azul metió en su último juego de local 10 mil aficionados en el Azteca? ¿o que Lobos tiene un promedio de 7 mil por partido? ¿Y qué me dicen de Veracruz, a su estadio le caben 28 mil y no han pasado de 14 mil en esta campaña? ¿Ya vieron cómo van esos equipos? 

El factor campo es real, y en México si ganas todos tus partidos en casa tendrías entre 24 y 27 puntos dependiendo el calendario, suficientes para alcanzar un puesto de Liguilla. No es cuento, son números que deberían tomarse en cuenta. 

Twitter: sergiotrevino9

Histórico