No lo creo, pero...

Sábado 29 de mayo de 2021

Cuando el jugador estaba copado entre cuatro rivales, era difícil pensar que intentara irse por sí sólo de la jaula... Pero lo intentó, se les fue, y no le entraron más fuerte porque estaba en la frontera del área y un roce accidental se pudo convertir en una falta, ésta en un penal y el penal en gol. Igual, Romo la hizo como si fuese una moto conformadora, que entra escombrando la zona, un rebote le favoreció, otro le cayó cerca y largó el zapato violento que, de haberle pegado a Acevedo, lo mete con todo y pelota.

El uno-cero y a celebrar.

El duelo de Ida de la Final entre la Máquina y Santos le salió muy bien al técnico celeste Juan Reynoso. Plantó una fortaleza en media cancha con toda la caballería posible con cuatro defensas nominales con Escobar, Domínguez, Aguilar y Aldrete; Baca y Joshimar Yotún delante de ellos como recuperadores; Guillermo Pol Fernández, Romo y Rivero; y al frente Jonathan Rodríguez.

Esta formación "conservadora" le permitió a Reynoso bloquear casi todos los accesos y tener en muchos lapsos del partido el control del esférico y cuando fueron rebasados por los costados, la defensiva y Corona congelaron todo intento.

Al final, Guillermo Almada lamentaba que no hubiesen podido superar el planteamiento defensivo de la Máquina, pero así es esto. Cosas de fútbol. 

Almada no tiene un mejor equipo que pueda superar lo que le propuso Reynoso y si lo tiene, no se vio.

Santos tiene una escuadra aguerrida, brava, intensa, pero la calidad individual de sus futbolistas no supera la calidad de un grupo compacto y ordenado como es Cruz Azul.

Sobre todo, porque tiene varios jugadores importados que no aparecen cuando realmente se les necesita. Como que lucir en la fecha 5 y reventarte un partidazo por allá, anotando y brillando, no sirve de mucho cuando en finales te topas con equipos tan completos en todas sus líneas como los cementeros.

Matheus Doria brilla en ese plantel por su calidad, y Félix Torres es más discreto, pero eficiente; sin embargo, cuando ves otros como Valdés. Gorriarán, Otero o Ayrton, que son bien controlados y no te dan ese extra, esa jugada brillante como la que intentó y le salió a Romo, no ayudas a tu equipo.

Los chavos como Aguirre, Cervantes, Muñoz, Ocejo, Campos y el mismo Acevedo hacen mucho por no desentonar y se entregan sin reserva, pero la plantilla de importados no aporta como debe; luego agregas otros como Jeraldino, o Ibargüen y te das cuenta que están igual o peor que los que entran a relevar.

Contrario al Cruz Azul que aparte de los que pone en la cancha tiene una buena banca con Orbelín, quien normalmente juega de titular en lugar de Rivero y aparte tienen a Montoya, Giménez, Elías Hernández, el Chaggy José Joaquín Martínez y Alvarado que podría no estar elegible para jugar mañana el duelo de Vuelta, tras la pena que pasó su familia.

Y bueno, considerando cómo se jugó el primer partido, el resultado, el planteamiento del primer juego, los titulares que juegan y los suplentes que tiene cada quien, Cruz Azul lleva ventaja.

A los Guerreros los avala esa garra precisamente, esa bravura, esa intensidad y ese coraje que le ponen a cada partido y en contra tienen esa inoperancia de su plantilla de extranjeros que balbucean cuando deben gritar fuerte.

La única causa por la que podrían perder los Celestes sería porque suceda lo que ya ha pasado en otras ocasiones donde ellos mismos entregaron los partidos por causas tan extrañas e increíbles para la afición celeste.

¿Puede suceder otra vez?

No lo podría afirmar... Pero no lo dudo.